Día 13 de marzo; un domingo por la mañana, cansada por la salida de anoche, con un sol que llegaba directo hacia mi ventana, marcando el momento de levantarse, y dejar de lado la cama tan cómoda y suave, que me insistía en que siguiera junto a ella.
De un solo respiro ya me encontraba en la ducha… de un solo y leve pestañeo ya había tomado desayuno y me encontraba caminando en dirección al metro, para encontrarme con mi buen “amigo Juan”, el cual había insistido desde el momento en que le conté de el trabajo en acompañarme y conocer el “Museo Ralli”.
Desde el momento en que nos encontramos, decidimos ir directo al museo, por lo cual decidimos subirnos al auto y partir de inmediatamente sin mas preámbulo. En el momento en el que nos sentamos me pregunta: ¿Dónde queda?... y yo mirando al cielo, al igual que una maquina grabadora, con una sonrisa que dejaba al descubierto mi emoción de salir con él, le contesto: ¡alonso de Sotomayor 4168! Luego vino la pregunta a la cual no estaba lista para responder: y… ¿Dónde es eso?... un momento de silencio, yo tratando de recordar la clases en la cual mi profesor favorito “Manri” decía el lugar. Y de repente como un soplo del viento, recuerdo las frases: “por Vespucio, pasando Vitacura”. Y de esta manera se dio comienzo a la aventura del día domingo.
Gracias a dios y a los Ángeles llegamos precisamente al lugar, sin perdernos ni nada. Al bajarnos de auto, vimos el gran museo Ralli, por unos momentos lo contemplamos por fuera, para analizar más externamente lo que observaríamos y descubriríamos ese día.Desde el momento en el que entramos, se nos acerco un guardia, con una expresión que despampanaba alegría, nos saludo de una manera cordial y cercana, entregándonos unos folletos de contaban acerca de los 5 museos Ralli existentes –lo cual nos extraño mucho ya que solo salían nombrados 4, en caesarea, marbella y punta del este, además del lugar en que nosotros no encontrábamos- junto a esto nos menciono que era totalmente libre, el uso de cámaras fotográficas, y cualquier duda o consulta que tuviéramos, no tuviéramos problema en preguntarle. Y que la sección primera se encontraba a nuestra derecha. Juntos de la mano, empezamos a mirar la serie de cuadros que hay habían, y de inmediatamente quise sacar mi cámara y sacar una foto al primer cuadro que me llamo mi atención, pero hay apareció el segundo percance del día… ¡no cargue las pilas! Por lo cual el guardia nos dijo que fuéramos a un negocia hay cerca, salimos del museo, y un calor sofocante y una sombra en la calle de al frente, hizo que tomáramos otro camino y no el señalado.
Después de haber comprado en otro negocio las pilas más baratas que había, entramos al museo el guardia nos mira con una sonrisa y comenzamos de manera inmediata a conocerlo, ya que estábamos con el tiempo contado.
En el museo encontre una serie de cosas maravillosas, que me sorprendieron y llamaron la atención, pero aquí solo voy a presentarles y mostrarles mis favoritas del museo, ya que eran muchas la obras ahí presentes.
Esta es una obra surrealista de un chileno llamado Mario Gómez de 1992, titulada “tótem”; trabajada en óleo.
Lo que más me llamo la atención de esta pintura, es su simpleza y colores bien utilizados. Ya que es una obra trabajada en distintos tipos azules y grises; detallista en el sentido de sombras y volúmenes. Que me provoca el deseo de ver más haya de la expresado, que te produce un sentido de soledad e inquietud.
esta pintura es armando lara, de honduras , titulada “oceánico” del año 2003.
sin lugar a dudas, esta fue la obra que más me gusto e impactó de todo el museo. Ya que refleja la similitud del cuerpo humano con el de una ballena. Trabajada de una manera realista y detallista, en el sentido de los cuerpos.
Además reconocer y afirmar, que el tipo de pintura que a mi más me agrada y gusta. Son las que poseen muchos detalles, son realistas, y que poseen técnicas de colores, y manejo del dibujoPintura del argentino rolando carone titulada “juan carlos onetti” del año 1980.
esta pintura me llamo la atención ya que es una trabajo sobrio, que a simple vista, no logras observar todo lo que proyecta este cuadro, ya que de segundo plano se muestra una mujer, un caballo y un teléfono, que se mezclan entre si, entendiéndolos cada uno por sus partes, ya que ninguno esta expresado en su totalidad.
Una especie de talismán presente en la sección 2, que muestra una imagen de Leonardo da Vinci. Que es para mi uno de los más grandes ilustradores, sabios y pintor, que ha existido en el mundo.
Cuadro de Oswaldo Sagastegui de Peru, titulada “dos estructuras, dos imágenes”, del año 1990.
Del artista Walter Caric, de argentina, titulada: “tabu”, del año 1983.
En esta obra lo que más me llamo la tensión más allá del lo representado –lo cual para mi es el desorden, la confusión, el mundo, la belleza y el descontrol- fue el marco del cuadro, ya que se encuentra pinado, casa que ningún cuadro del museo poseía, y que según mi visión le da un sentido como si e pudiera entrar en el cuadro.
Pintura del argentino Vito Campanella, titula “percepción” del año 1970.
Pidiendo disculpas por el corte y la mala centralización de la foto, quería explicarles que borre la oficial de casualidad haciendo este trabajo. Pero centrándonos en la foto, para mi gusto, me parece muy buena la idea, de hacer semejanza el tronco de un árbol con el de una mujer, además del hombre que se deduce del mantel y los palos. Aunque según mi parecer es muy similar a las obras de Dalí, lo que no marca el sentido propio en el artista. Ya que utiliza el surrealismo, al igual que Dalí, pudo haber marcado una diferencia en el uso de los colores, ya que utiliza la misma técnica y tonos.
Cuadro de Loreto Enriquez Bello, chilena. Titulado: “habrá tiempo” en el año 2006.
También es uno de las pinturas que más me gusto, ya que reflejan para mi la soledad, el vació, la luz y la belleza de lo natural y simple.
Esculturas en bronce de Salvador Dalí, de nacionalidad español del año 1997.
Bueno, decir que soy una gran admiradora de Dalí, ya que en mi opinión poseía una técnica singular en el trabajo del pincel, y una originalidad única, la cual es mostrada en estas tres esculturas, las cuales todas reflejan algo distinto, particular. Como la inocencis de “Alice” en la primera escultura, o la majestuosidad en la segunda, o la originalidad en la tercera.
Agregar que el museo Ralli es un excelente museo, para todas las personas que gocen y le apasione el arte. Además recordarles que es un museo gratuito apto para todo público, y se permite los usos de cámaras fotográficas. También consta de una total de 16 salas, incluyendo una sala bicentenario.
A lo mejor la mayoría, no lo haya escuchado nunca, y me incluyo entre ellos, ya que es un museo que se encuentra en mi ciudad natal, relativamente cerca de donde estudio; y nunca antes me había percatado de su presencia, ni había escuchado algún comentario de él.
Así que le hago la invitación a todos los que lean esto. Informándoles lo maravilloso y sorprendente que puede ser las creaciones que nosotros podemos hacer simplemente con nuestras manos, capaces de transmitir sensaciones, recuerdos, sentimientos a quienes las observan. Y los más increíble es que todos vemos cosas distintas y sentimos cosas diferentes a través del arte.
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